La ruta aprovecha los valles y vaguadas para recorrer espléndidos pinares en su descenso pronunciado hacia el fondo del Regajo y el paso por el paraje de Las Palomarejas, entre riscos y congostos. El sendero ascendente, de regreso a la extensa llanada de Sinarcas, atraviesa un umbroso bosque con especies caducifolias como robles valencianos y arces de luminosos colores otoñales.